Cuando preguntamos a Juanita Galaz, ingeniera en Minas, directora ejecutiva MYMA Ltda, por qué optó por dedicarse a la minería, su respuesta es franca: “Ingresé a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas con el propósito de estudiar ingeniería, sin tener muy clara la especialidad”.
Ahí ‘la Vida le presentó opciones’, como ella misma señala en esta conversación con EnlaceInnova. Y la que eligió, fue determinante para el camino que ha ido construyendo hasta ahora. Para ella -en lo personal y profesional-, pero también para la minería en Chile y para las nuevas generaciones de ingenieras en Minas.
Y sí. Comenzamos esta entrevista solo con su nombre. Los que son de la industria minera no necesitan más información para saber quién es y lo que ha hecho (o al menos parte); y para los que no la conocen, les sería más valioso enterarse de algo de su historia. Y acá 'algo' nos cuenta…
-¿Qué te motivó a elegir ingeniería en Minas, cuando incluso estaba vetado en esos años el ingreso de mujeres a faenas subterráneas?
Estando en Plan Común había que tomar la decisión y en aquel momento mis mejores amigos estudiaban ingeniería de Minas. Yo no sabía que estaba prohibido el ingreso a labores subterráneas hasta que hice el curso de Legislación Minera; pero ya estaba enamorada de la magia que significaba la transformación de la roca, desde el yacimiento para llegar a obtener metales con pureza sobre 99%. La carrera me parecía fascinante.
-¿Cómo fue el encuentro con la realidad del trabajo en esta industria? ¿Qué te hizo perseverar?
Mi primer trabajo fue como Jefe de Operaciones en una filial de Enami, donde se requería buscar oportunidades de desarrollo de pequeños mineros, para abastecer la Planta de Vallenar.
Nunca sentí que la minería estaba vetada para mí, porque los pequeños mineros siempre me facilitaron el ingreso a las minas que visitaba.
En esa época, Chile ya era el primer productor de cobre mundial y las empresas del Estado estaban a cargo de brillantes ingenieros de Minas. En el país había desarrollo de nuevas tecnologías, tanto en fundiciones como en el área hidrometalúrgica y concentración de minerales.
Esa parte de la historia justifica mi permanencia activa en esta industria, aunque ahora desde la perspectiva de empresaria.
-¿Por qué diste ese salto? Ser emprendedora y empresaria.
En 2006 creamos la empresa Minería y Medio Ambiente, más conocida como MYMA. El propósito fue llenar un vacío, porque la industria minera necesitaba apoyo para la obtención de los permisos que habilitaran la puesta en marcha de los proyectos mineros.
Me ha dado muchas satisfacciones. En 2010 recibimos el premio a mejor empresaria, lo que obviamente no es sólo mérito mío, sino del equipo que fuimos formando. Uno de los principales objetivos cuando fundamos MYMA, fue tener un espacio donde la gente desee estar.
Estoy convencida que cualquier actividad que desarrollemos -desde el lugar donde estemos- debe poner en el centro a las personas.
NOS FALTA COMUNICACIÓN, ESE EL PUNTO CRUCIAL
-¿Crees que se puede superar la tensión que aún se percibe entre minería y medioambiente?
¡Sí, estoy convencida de eso! Cuando llegué al Servicio Nacional de Geología y Minería, el director nacional era Hernán Danús. Era un hombre visionario, y cuando me planteó que el tema ambiental sería relevante para la minería en el futuro; lo miré con escepticismo.
Sin embargo, luego de un viaje a Canadá en 1990, entendí que era importante, pero a la vez, que era más bien cultural. Es así como fui incorporando las diferentes aristas que comprenden una operación minera, desde la explotación de minerales hasta los productos finales, el consumo de insumos, la generación y disposición de desechos, las emisiones de gases y el potencial de infiltración de soluciones, la generación de empleo y la integración de las comunidades aledañas.
También tenemos que observar que los potenciales impactos son acotados; las superficies afectadas tienen poca extensión, si se compara con otras actividades económicas. Y el bienestar económico que la minería lleva a los territorios es aún muy superior a otras actividades generadoras de empleo.
El desarrollo tecnológico, desde las primeras normas, ha sido importante para mejorar el desempeño ambiental, permitiendo minimizar el consumo de agua y energía, el manejo de emisiones y el control de infiltraciones.
-¿Y cómo ves que se está manejando la relación con las comunidades?
Algo que ha sido importante en mi motivación para mantenerme activa, ha sido justamente el acercamiento a las comunidades donde se insertan las faenas mineras. La RCA N°1 de nuestro país en la década de los ‘90, la obtuvo el Proyecto Fachinal, ubicado en Aysén, una Región que se distingue por lo prístino de sus paisajes, y en la rivera del Lago General Carrera, que es binacional.
Me correspondió presentar el proyecto y me di cuenta de la necesidad de comunicarse con las autoridades y los habitantes de la zona, porque en esa Región había muy poca minería, y esta era una inversión importante para la zona en esos años. Normalmente la comunidad se entera de las noticias sobre desastres, y eso pone un estigma y prejuicios sobre esta actividad, que luego es muy difícil de cambiar.
Somos tres actores en este ecosistema: la industria, que incluye una gran cantidad de personas; la autoridad reguladora, que pone las normas y establece políticas públicas; y la comunidad que habita en el entorno donde operan las faenas mineras. Desde esa definición, debemos entender que cada actor aporta y desempeña diferentes roles, y lo ideal es que, desde ahí, trabajemos para alcanzar la reconciliación.
-¿Qué falta?
Nos falta comunicación, ese es el punto crucial. Los chilenos somos muy ignorantes en estas materias; no hemos sabido llegar a la comunidad y no tenemos políticas públicas que nos permitan que esta importante actividad sea apreciada.
Muchas de las tensiones y choques son generadas por la desinformación. Y ese es el desafío de la industria y las autoridades responsables, para que la minería sea el motor de desarrollo aprovechando la condición de contar con un país rico en minerales. Hoy el mundo requiere de esos minerales ¿Qué mejor oportunidad podemos esperar?
- ¿Qué significa hoy Minería para Juanita Galaz?
En lo personal me siento muy satisfecha del granito de arena que ha significado mi desempeño profesional. Haber sido la primera mujer de casco y bototos en una planta de beneficio; proponer las bases para regular el cierre de faenas mineras; la creación del Departamento de Ingeniería y Gestión Ambiental en Sernageomin; la incorporación de la cátedra de Medio Ambiente en el Departamento de Minas de la Universidad de Chile; impulsar la incorporación de relaves espesados y en pasta; y contar con una empresa que apoya a la industria, para la obtención de sus respectivos permisos.
Ahora me encuentro en una etapa en que toda la experiencia adquirida deseo canalizar a las nuevas generaciones, por el tiempo que sea posible. La vida nos ofrece siempre nuevas oportunidades, depende de nosotros elegir cuáles tomar.