(27 de mayo 2024) La semana pasada el cobre alcanzó el mayor valor del cual se tenga registro: US$4,924 la libra. En su análisis semanal la Comisión Chilena del Cobre, Cochilco, comentó que la reciente escalada “ha estado fuertemente determinada por componentes especulativos (...) apoyado por las positivas perspectivas de demanda del metal, debido a su rol en sectores como la construcción, la electrónica y las energías renovables, industrias fundamentales para alcanzar los objetivos de descarbonización global”. Esto, añade, habría llevado a los diferentes agentes del mercado “a anticipar una trayectoria alcista del precio”.
Para conocer más sobre los factores que están influyendo en la cotización de este commodity, las perspectivas que se manejan en el mercado, tanto para el corto como a más largo plazo, conversamos con Juan Cristobal Ciudad , analista de Mercado e Industria Senior en Plusmining .
Esto fue lo que nos comentó
-¿Qué factores están detrás de la evolución que ha mostrado el cobre?
El repunte que ha tenido el precio del cobre desde mediados de marzo pasado -y que se ha acentuado recientemente- comienza por el efecto de la escasez en la disponibilidad de este metal, tras anuncios de menores producciones esperadas por las empresas. Entre ellos, además, el cierre de Cobre Panamá (de First Quantum Minerals) que saca del mercado global alrededor de 350.000 tcf.
Esto ocurre en un contexto en que se espera una mayor demanda en la segunda mitad de la década, impulsada por nuevos usos en electromovilidad, energías verdes y, en menor medida, centros de datos e inteligencia artificial.
-¿Y en lo que hemos visto en estos días?
Más en el corto plazo, han sido favorables (para el alza) los anuncios de emisión de bonos en China, para respaldar un impulso fiscal que podría dinamizar su alicaído sector de construcción. Adicionalmente, la última cifra de inflación en EE.UU. fue mejor que lo esperada, reafirmando las expectativas de disminución de tasas hacia final de año, con el consiguiente efecto de baja en el valor del dólar y mejor actividad económica futura.
Para finalizar, también hay efectos financieros de cortísimo plazo que van en la dirección de un mayor precio, que se producen por el bajo nivel de inventarios y la actividad especulativa de inversionistas que tenían posiciones a la baja del valor del cobre, generando un apretamiento del mercado (squeeze). Al respecto, desde marzo se ha registrado un notable ingreso de dinero de inversionistas, que han tomado posición en aumento del precio de este mineral, apoyándose en los mencionados fundamentos de mediano plazo.
-¿Qué tan sostenible ven estos niveles para la segunda mitad del año?
Una proyección de producción de mina corregida a la baja y la carencia de nuevos grandes proyectos, junto con expectativas de una demanda más dinámica a futuro -dentro de un contexto en que las tasas de interés han llegado a su máximo y comenzarían a bajar hacia fines de año- son fundamentos o macrotendencias que dan sustento a altos precios.
De hecho, el promedio del segundo semestre sería superior a la primera mitad del año, considerando que el fuerte repunte ocurrió más claramente en el segundo trimestre de 2024.
Sin considerar potenciales riesgos sobre la oferta o demanda que moderen el precio -como los factores geopolíticos en curso a nivel mundial-, se espera que la cotización alcance un mayor valor promedio que en 2023.
-¿Manejan algún rango o estimación de precio sostenible en el mediano plazo?
El precio del cobre, más allá de sus fundamentos físicos, está altamente correlacionado con fenómenos financieros globales, como las crisis financieras o acontecimientos geopolíticos, los cuales resultan impredecibles.
No obstante, considerando los fundamentos expuestos anteriormente, en Plusmining estimamos que en el resto de la década el precio debería ubicarse por sobre los niveles históricos; incluso, es probable que vuelvan a ocurrir períodos con promedios anuales sobre los US$4,0 la libra.
Se debe mencionar que actualmente muchos proyectos mineros no son rentables al precio de largo plazo, llevando a que las compañías mineras crean que dichas proyecciones son poco prácticas y no reflejan la realidad. Por ejemplo, Robert Friedland, de Ivanhoe Mines, estimó que se necesita un precio estable de US$6,8 la libra para desarrollar inversiones a gran escala; valor que puede resultar poco probable y, obviamente, fomentar la sustitución.
-¿Qué evolución prevén para la segunda mitad de esta década?
Si bien se mantiene la expectativa de una mayor demanda en ese período, se observa cierta moderación respecto de proyecciones anteriores, a raíz de una penetración más pausada en los autos eléctricos, situación que en parte ha afectado al precio del litio.
En cuanto a la oferta, como mencioné antes, no se avizoran proyectos de gran tamaño entrando en producción. Y los que lo harán, apuntan a costos más elevados, debido a la mayor inversión requerida o el contexto inflacionario de los pasados años.
Con lo anterior en cuenta, es posible que la demanda no sea cubierta por la oferta, provocando por parte de los fabricantes que requieren de este insumo una mayor “eficiencia” en el uso de este metal, o incluso su sustitución (destrucción de demanda) permanente.